“Universitario va bien, pero no aplaudamos cuando cae”, la columna de Anthony Córdova
“En la Copa Libertadores compitió y estuvo a la altura, pero dejemos de romantizar derrotas, por favor”.
Eduardo Galeano dijo alguna vez: “en su vida, un hombre puede cambiar de mujer, de partido político o de religión, pero no puede cambiar de equipo de fútbol”. Aquella memorable frase explica el vitalicio arraigo entre un ser pasional y un equipo de fútbol. Asimismo, claro está, esto solo lo entienden los que alguna vez gritaron un gol con histeria o lloraron una derrota. En el Perú se llora y se sufre mucho, nos hemos acostumbrado al fracaso, y hemos llegado a tal punto de romantizarlo. Perder con dignidad le dicen.
Universitario cayó 1 a 0 con Cerro Porteño en condición de visita. La afición aplaudió al equipo porque nunca cruzaron los brazos, intentaron hasta el final e incluso arrinconaron al rival en su área en los últimos minutos. Eso se destaca, pues la U atraviesa la mayor crisis institucional de su historia, tiene un presupuesto bajo y llevaba alrededor de solo un mes de trabajo. Y eso está bien, en la Copa Libertadores compitió y estuvo a la altura, pero dejemos de romantizar derrotas, por favor. El amor que le tiene el hincha a su equipo es enorme e inacabable. Sin embargo, se ha vuelto una mala usanza celebrar cuando “se pierde bien”. No digo que pidan la renuncia de Gregorio Pérez ni hagan cánticos en contra de los jugadores, pero tampoco elogien un “no se pudo”. En cualquier país de Sudamérica –menos Bolivia y Venezuela-, que pierda un equipo grande prematuramente antes de la fase de grupos, es un fracaso. Apoyen, sí, pero tampoco celebren tanto cuando se pierda.
No obstante, cabe resaltar que Universitario, con la victoria del sábado ante Carlos Stein, sumó su tercera victoria en la Liga 1 y se encuentra puntero con 9 puntos (puntaje perfecto). En lo deportivo, se presagia que el equipo crema seguirá creciendo. En el torneo doméstico sí le alcanza (al igual que a muchos).